Todo el mundo conoce la definición de metadatos: “datos sobre los datos”. Para definirlo mejor se podría decir que son información estructurada y descriptiva sobre los recursos electrónicos para mejorar, entre otras cosas, la recuperación de información.
Dublin Core, comienza en los pasillos del 2º Congreso de la Web en Chicago donde se identificó la necesidad de un núcleo básico de metadatos para ayudar la recuperación de contenidos en la Web. Ese grupo de personas, que se han definido como “geeks, freaks, and people with sensible shoes (tipos raros, frikis y gente con zapatos cómodos), se reunieron en marzo de 1995 en Dublin (Ohio) y crearon un modelo básico para la descripción de recursos electrónicos que comenzaría a llamarse Dublin Core.
· En 1998 se crea la primera versión del DCMES (Dublin Core Metadata Element Set) versión 1.0 y la correspondiente Request For Comments (RFC24135).
· En 1999 se publica la segunda versión del Conjunto de elementos DC (Dublin Core Element Set, versión 1.1).
· En el año 2000 se convierte en una recomendación europea, a través del CWA13874 (CEN Workshop Agreement).
· En 2001 es un estándar americano ANSI–NISO Z39.85.
· En el año 2003 se convierte en la norma ISO 15836, es decir, como norma apta para la industria.
· En la actualidad se están estableciendo estándares nacionales de la norma ISO, aunque de momento sólo Finlandia y España (a través del CT50 de AENOR) están realizando esta tarea de traducción y adaptación donde se define la semántica de los 15 elementos del DC.
El éxito de Dublin Core y de la utilización y adopción de sus elementos se debe, según Eva Méndez, a varias razones:
· Define una semántica precisa pero no depende de una sintaxis de codificación particular, ni HTML, ni XML, ni RDF, sino de todas ellas.
· Se ha adoptado internacionalmente y sus elementos y semántica asociada están traducidos a más de 20 idiomas.
· Es un estándar de propósito general, no depende de ningún dominio informativo, pero se adapta a las distintas comunidades de información.
· Es el modelo de metadatos clave en sistemas y servicios de información digital, como por ejemplo para la iniciativa de archivos abiertos (OAI), o servicios comerciales como Conexión de OCLC. También ha sido adoptado por distintos gobiernos en sus proyectos de e–Gov, por ejemplo en: Australia, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Irlanda, Nueva Zelanda y Reino Unido, y por supuesto, por los más emblemáticos proyectos de bibliotecas digitales y de gestión del patrimonio digital.
· Tiene una gran validez como estándar porque es simple, extensible e interoperable. El hecho de ser una norma ISO lo convierte en válido para la industria.
Dublin Core, comienza en los pasillos del 2º Congreso de la Web en Chicago donde se identificó la necesidad de un núcleo básico de metadatos para ayudar la recuperación de contenidos en la Web. Ese grupo de personas, que se han definido como “geeks, freaks, and people with sensible shoes (tipos raros, frikis y gente con zapatos cómodos), se reunieron en marzo de 1995 en Dublin (Ohio) y crearon un modelo básico para la descripción de recursos electrónicos que comenzaría a llamarse Dublin Core.
· En 1998 se crea la primera versión del DCMES (Dublin Core Metadata Element Set) versión 1.0 y la correspondiente Request For Comments (RFC24135).
· En 1999 se publica la segunda versión del Conjunto de elementos DC (Dublin Core Element Set, versión 1.1).
· En el año 2000 se convierte en una recomendación europea, a través del CWA13874 (CEN Workshop Agreement).
· En 2001 es un estándar americano ANSI–NISO Z39.85.
· En el año 2003 se convierte en la norma ISO 15836, es decir, como norma apta para la industria.
· En la actualidad se están estableciendo estándares nacionales de la norma ISO, aunque de momento sólo Finlandia y España (a través del CT50 de AENOR) están realizando esta tarea de traducción y adaptación donde se define la semántica de los 15 elementos del DC.
El éxito de Dublin Core y de la utilización y adopción de sus elementos se debe, según Eva Méndez, a varias razones:
· Define una semántica precisa pero no depende de una sintaxis de codificación particular, ni HTML, ni XML, ni RDF, sino de todas ellas.
· Se ha adoptado internacionalmente y sus elementos y semántica asociada están traducidos a más de 20 idiomas.
· Es un estándar de propósito general, no depende de ningún dominio informativo, pero se adapta a las distintas comunidades de información.
· Es el modelo de metadatos clave en sistemas y servicios de información digital, como por ejemplo para la iniciativa de archivos abiertos (OAI), o servicios comerciales como Conexión de OCLC. También ha sido adoptado por distintos gobiernos en sus proyectos de e–Gov, por ejemplo en: Australia, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Irlanda, Nueva Zelanda y Reino Unido, y por supuesto, por los más emblemáticos proyectos de bibliotecas digitales y de gestión del patrimonio digital.
· Tiene una gran validez como estándar porque es simple, extensible e interoperable. El hecho de ser una norma ISO lo convierte en válido para la industria.
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